Esta peculiar dramedia ambientada en un futuro apocalíptico está siendo uno de los acontecimientos del panorama televisivo del año. Su creador es el guionista Russell T. Davies (Gales, 1963), que en los últimos años se ha especializados en series con argumentos centrados en la homosexualidad: Un escándalo muy inglés (2018), Cucumber (2015). En Years and Years añade a esta temática el transhumanismo que caracteriza a una sociedad que busca una inmortalidad y trascendencia sin Dios.
Cada capítulo cuenta un año en la vida de los Lyons, una familia británica acostumbrada a comunicarse en grupo aprovechando las últimas tecnologías. A finales del primer cuarto del siglo XXI el mundo está loco, especialmente en la política, donde la populista Vivienne Rook (maravillosa Emma Thompson), sacude con sus declaraciones chillonas los convencionalismos de la democracia occidentales. El cambio climático, la permanente amenaza de China o las constantes crisis económicas pondrán a los Lyons en un estado de permanente alerta en medio de numerosas crisis familiares.
Years and Years conecta con el cinismo futurista y sexualizado de otro creador británico como Charlie Brooker y su irregular pero sugerente serie Black Mirror. Ambas producciones coinciden en que las innovaciones de la tecnología están adquiriendo una velocidad vertiginosa e incontrolable. Es muy representativo el personaje de Bettany (Lydia West), una adolescente con evidente crisis de identidad. Un día se atreve a hablar con sus padres y les pide que respeten su deseo de ser una persona “trans”. Los padres no dudan en apoyarla en su proceso de cambio de sexo pero la chica responde: “No quiero ser transexual, sino transhumana. Quiero convertir mi conciencia en datos”. Este proceso no es tan aceptado por sus progenitores que, en un principio, tienen sus reticencias en ver a su hija convertida en un ciborg informatizado.
Aunque la serie tiene un diseño visual sencillo atractivo y un ritmo inteligente, la definición de personajes y su recorrido dramático es insatisfactorio. Bajo la aparente complejidad psicológica de cada uno de ellos, hay una escasez de interioridad que deriva en un libertario sentimentalismo que cae en la verborrea que, presuntamente, combate. En los últimos capítulos, la casa de los Lyons se convierte en la sede de mítines familiares con una vaciedad que no convence por mucho que se acierte al combinarla con la música coral de Murray Gold (Gentleman Jack) y la edición frenética de Billy Sneddon(Lovesick).
Years and Years, de HBO y BBC, sigue la misma estela que otras series como Modern Family de Fox, o Sex Theraphy de Netflix. Ficciones muy conscientes de su enorme capacidad de influencia sociológica. Es evidente la cercanía de Russell T. Davies con la ideología de género, además de una concepción sartriana de la libertad. Un telón de fondo tan tópico como tendencioso y discutible.