La historia de los Michelucci, un matrimonio con dos hijos, en dos tiempos. En los años 70 del pasado siglo, cuando Anna es nombrada la madre más guapa del verano, ante la vergüenza del niño Paolo, el entusiasmo de la pequeña Valeria y los celos del marido Mario.
El deterioro del matrimonio empujará a Anna a dejar el hogar con sus hijos, pero, algo ligera de cascos, su modo de salir adelante es errático e irresponsable, lo que deja huella en los chicos. Estos sucesos setenteros se combinan con la actualidad, en que la vitalista Anna padece una enfermedad terminal, motivo por el cual Valeria ha pedido al misántropo Paolo que aparque unos días su trabajo de profesor universitario, para ir a verla.
Inspirado film de Paolo Virzì, logra algo muy difícil: la naturalidad en una trama que podía caer en la sensiblería empalagosa. En cambio, el cineasta italiano consigue hablar de la vida misma, tomando algunos elementos autobiográficos, manejados libremente: del amor como la fuerza capaz de dar sentido a la existencia, pero también de las equivocaciones de los padres que pagan los hijos, del peligro de dejarse dominar por el abatimiento, de los vaivenes del corazón que hieren a los seres queridos… Acierta Virzì en no proporcionar coartadas a sus personajes, que claramente tienen virtudes y defectos. Simplemente, y no es poco, invita a conocerlos, a compartir unas alegrías y unas penas que conforman unas vidas en las que intentan, como cualquiera, encontrar la felicidad.
La agridulce película de Virzì fue escogida por Italia para acudir a los Oscar, y ganó 3 David de Donatello, para el guión y los actores Valerio Mastandrea (Paolo adulto) y Micaela Ramazzotti (Anna joven).
