Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 32/15

Triunfadora de los premios de la Academia de Cine italiana, la película de Paolo Virzì (La prima cosa bella y Caterina se va a Roma), se llevó siete, incluido el de mejor película.

Como (norte de Italia), 23 de diciembre de 2010. Dos familias. La del millonario Giovanni Bernaschi, un especulador financiero, y la de Dino Ossola, dueño de una pequeña agencia inmobiliaria al borde de la quiebra. Un Bernaschi y una Ossola son jóvenes de la misma edad y flirtean. El tonteo propicia que los padres se conozcan y provoca un suceso inesperado.

La novela adaptada es inteligente porque coloca el foco en las esposas de los protagonistas, formidablemente interpretadas por Valeria Bruni Tedeschi y Valeria Golino. Ambas tendrán que enfrentarse al vértigo de insensatez de sus maridos y a los errores de los hijos.

La película es muy dura, a ratos sórdida, ajusta cuentas con todos, del primero al último. El capitalismo salvaje, la ambición, la falta de escrúpulos se paga, antes o después. El relato tiene mucha fuerza, en gran medida porque hace ver que el pretendido control llega un momento en que se pierde. La historia está bien contada, con un montaje hábil y un tempo muy logrado, va de un personaje a otro para hacer un terrorífico retrato familiar. Cine para escarmentar en cabeza ajena.

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