Es una tendencia de larga data que quien se va de su país en busca de un mejor futuro envía dinero a casa. Lo hicieron los españoles que se marcharon a Alemania hace 50 o 60 años (solo en el primer semestre de 1976, por ejemplo, giraron unos 6.150 millones de pesetas) y lo hacen hoy los latinoamericanos que se buscan la vida en Europa y en EE.UU. Los flujos varían a su ritmo, a veces esperado, como el alza que se constata cuando se acercan las Navidades, pero si hay alguna contingencia –un desastre natural, una pandemia, etc.– la flecha se mueve más bruscamente.
Es lo que está pasando ahora mismo en EE.UU., básicamente por el rápido aumento de las remesas de los inmigrantes de Centroamérica. Según estadísticas del Consejo Monetario Centroam…
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