La imagen de James Dean al volante con un cigarrillo entre los labios ha sido durante décadas el icono favorito de los adolescentes para representar la libertad, la rebeldía o el impulso de conocer nuevos mundos. Después de que haya desaparecido la imagen positiva asociada al tabaco, ahora parece que es la conducción –por lo menos en el sentido más clásico– la que pierde puntos en la escala de valores de los jóvenes. Desde 1950, las ventas de vehículos no
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción