La falta de conocimientos, primer obstáculo para el desarrollo en los países árabes

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El año pasado, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó el primer Informe Árabe sobre Desarrollo Humano (2002), que incluía los trabajos de un equipo de profesores árabes (ver servicio 99/02). El informe concluía que los países árabes tienen tres grandes problemas: difusión y producción de conocimientos, libertad y derechos de la mujer, y que deben solucionarse desde dentro. El informe tuvo buena acogida, como lo demuestra el millón de copias que se han descargado de Internet hasta el momento.

El informe de este año se centra en el problema del conocimiento (los dos siguientes se dedicarán a la libertad y los derechos de la mujer). El PNUD reconoce que algunas regiones ya han dado pasos desde la publicación del primer informe, pero señala que la intensificación del conflicto en los territorios ocupados palestinos y la invasión de Irak han complicado la situación.

En cuanto a la difusión de conocimientos, la situación ya es penosa comparada con otros países. Por ejemplo, en los países árabes se leen menos de 53 periódicos por cada 1.000 habitantes (en los países desarrollados son 285); hay un 20% menos líneas telefónicas; hay 18 ordenadores por cada 1.000 habitantes (la media mundial son 78,3); solo el 1,6% de la población tiene acceso a Internet; entre 1980 y 1985 solo se tradujeron 4,4 libros por millón de habitantes, cuando en Hungría fueron 519 y en España 920, etc.

La producción de conocimiento también es pequeña. En el conjunto de los países árabes, no hay más de 371 científicos e ingenieros por cada millón de habitantes dedicados a I+D (la media mundial son 979 por millón); pocos alumnos se matriculan en carreras científicas (el país en el que más, Jordania, no llega al 8%), en comparación con otros países que han utilizado esos conocimientos para despegar, como Corea (20%); la edición de libros no supera el 1,1% de la producción mundial, a pesar de que los árabes constituyen el 5% de la población mundial; en cuanto a la edición de libros de literatura y arte, en 1996 se publicaron 1.945 libros: menos que la producción de un país como Turquía; etc.

El PNUD expresa que se ha centrado en el conocimiento porque es la piedra angular del desarrollo humano. En ese sentido, las carencias culturales que sufren los países árabes pueden obstaculizarlo mucho, pero no es imposible. Es cierto que los capítulos de recomendaciones suenan a veces demasiado genéricos, pero se advierte la mano de los profesores árabes, que se atreven a decir que las soluciones no se pueden esperar del exterior y que se deben acompañar con una buena dosis de autocrítica. Por eso no dudan en recordar que el Islam, que es el elemento más importante de su cultura, alienta activamente a la búsqueda intelectual, la adquisición de ciencia y la creación de conocimientos para mejorar la sociedad. Como decía The Economist (25-X-03), «el paciente sabe que está enfermo y el médico sabe cómo curarlo, solo falta que el cirujano -los gobiernos árabes- quieran realizar la operación».

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