Los jefes de Estado de doce países de África austral firmaron el pasado 25 de agosto un protocolo de acuerdo comercial con vistas a un mercado común que siga un modelo similar al de la Unión Europea. Es el acuerdo más significativo de los alcanzados hasta ahora por la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC), que se fundó en 1980 para potenciar la economía de la zona.
El protocolo, firmado en Maseru (Lesotho) en la reunión anual de la SADC, es todavía muy genérico, pero -según Le Monde (27-VIII-96)- sienta la base para discutir un recorte progresivo de los aranceles de los países agrupados. En la actualidad, Sudáfrica impone las tasas a la importación más elevadas, aunque su PIB es cuatro veces el que suman los otros once países de la SADC. Si a esto se añade que la primera potencia de la zona exporta mucho más de lo que importa a sus vecinos, es previsible que el desequilibrio de la balanza comercial dentro de la SADC siga aumentando.
En la cumbre de Maseru, el presidente de Zambia, Frederick Chiluba, criticó abiertamente el proteccionismo sudafricano, con la esperanza de obtener una reducción arancelaria por parte de Sudáfrica semejante a la lograda recientemente por el presidente de Zimbabue para la industria textil de su país.
Aunque Sudáfrica está interesada en ir desarrollando el comercio con los países más cercanos, en la actualidad sólo el 5% de su comercio es con países de la SADC. En cambio, realiza el 50% de sus transacciones con Europa. La preferencia deriva del interés prioritario del gobierno sudafricano por captar fondos con que financiar la reconstrucción económica del país, algo que no está hoy al alcance de los Estados vecinos.
A la SADC pertenecen Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Swazilandia, Tanzania, Zambia, Zimbabue, y, tras sus primeras elecciones democráticas, en 1994, Sudáfrica. Además del protocolo firmado en Maseru, la SADC ha llegado hasta ahora a otros acuerdos sobre fuentes de energía, transportes y lucha contra el narcotráfico.