Ruanda, admitida en la Commonwealth

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Kampala. La recuperación económica y política de Ruanda, el pequeño país interior del África central conocido sobre todo por el genocidio de 1994, sigue hacia buen puerto. Prueba de ello es su reciente ingreso en la Commonwealth y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Francia.

El pasado 29 de noviembre, los 51 países que participaron en la última cumbre de la Commonwealth en Puerto España (capital de Trinidad y Tobago) admitieron a Ruanda como miembro de la comunidad política anglosajona.

El país africano había presentado su solicitud formal de adhesión en la anterior cumbre, celebrada en Kampala en noviembre de 2007, algo que nunca antes había hecho un país francófono.

Pocos días después, el Elíseo anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Francia y Ruanda. La tensión entre ambos países surgió en 2006, cuando un juez francés acusó al actual presidente ruandés Paul Kagame de haber sido cómplice en el asesinato del anterior presidente, el hutu Juvenal Habyarimana.

La admisión de Ruanda en la Commonwealth supone el reconocimiento de los avances que este país ha hecho en los últimos quince años, tanto en lo económico como en lo político (cfr. Aceprensa, 22-10-2008). Y, para algunos, también en el terreno de los derechos humanos. Si bien es cierto que este punto es más discutido: algunos intelectuales denuncian la falta de libertad de expresión en la prensa y, en general, en la esfera pública.

Durante estos dos últimos años, se ha inspeccionado a los miembros de la administración ruandesa para comprobar su grado de compromiso con la democracia, los derechos humanos, la imparcialidad en las elecciones, el Estado de Derecho, la independencia judicial, el buen gobierno, la libertad de expresión o la lucha contra la corrupción.

El proceso ha dado lugar a desagradables sorpresas pero, al menos, ha servido para hacer una limpia. En lo que va de año, veinte cargos públicos han sido apartados de sus funciones y algunos de ellos han terminado en la cárcel por corrupción.

Un país anglófono

Ruanda se ha convertido en el segundo país que ingresa en la Commonwealth sin tener vínculos coloniales con Gran Bretaña; el primero fue Mozambique, hace cuatro años.

Antes de que empezara a aproximarse a los países anglosajones de la región -como Kenia, Tanzania y Uganda-, y antes de que se uniese en 2007 a la East African Community, Ruanda formaba parte de lo que se conoce como “la Francophonie”, es decir, el conjunto de países que comparten la lengua francesa.

El año pasado, el inglés adelantó al francés como segunda lengua hablada; la primera es el kinyarwanda. Además, el inglés ha comenzado a utilizarse en la mayoría de las instituciones educativas.

Ruanda está situada entre el este del Congo, que cuenta con abundantes recursos minerales, y el Océano Índico, del que le separan Uganda y Kenia. Merced a esta posición estratégica, ni Ruanda ni su pequeño vecino Burundi pueden ser ya marginados.

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