El talento español sigue dando muestras de un excelente estado de salud. Aquí el resultado es notable, con posibilidad de mejora, por supuesto, pero con un producto que realmente se disfruta en su primer visionado.
Oxide Room 104 nos lleva a un horrible y tétrico motel del que Matt, nuestro personaje, debe escapar tras ser golpeado y secuestrado por un psicópata. Sin embargo, esta huida no será nada fácil y, además, las cosas no son lo que parecen. Para alargar la duración y complicarlo un poco, tras cada muerte perdemos los objetos encontrados, que también cambian de ubicación, y el escenario sufre ligeras modificaciones, ganando así interés. Por fortuna, no habrá que volver a andar todo el camino, ya que no habrá que resolver algunos de los puzles originales y otros estarán cambiados.
Si el objetivo de WildSphere (creadores de Naught, vaya cambio) era hacer un juego incómodo y terrorífico, sin duda lo ha logrado con creces. No solo por el entorno visual (muy bien usado el Unreal Engine, aunque hay vídeos y animaciones demasiado pobres), sino también por el sonoro (hay ciertos momentos que ponen los pelos de punta). Además, se notan los guiños a la saga Resident Evil con esa capacidad de almacenaje extremadamente limitada, teniendo que ser muy exquisitos con los objetos que vamos a llevar. Hay baúles para guardar lo que no necesitemos en el momento, pero aun así lo vamos a pasar muy mal.
Lo normal es decir “es un juego español, pero llega, incomprensiblemente, en inglés”; pues bien, en este caso se rompe la maldición: textos y voces están en español, algo muy agradecido. En todo caso, a la voz del protagonista le falta emoción y miedo, siendo a veces muy plana. No ocurre lo mismo con otro personaje muy importante cuya interpretación es, sencillamente, magistral y da auténtico pavor.
Por desgracia, hay aspectos que se deberían pulir como los largos tiempos de carga cuando cambiamos de escenario, que es constantemente, o la poca fiabilidad de los disparos.
Oxide Room 104 ofrece varios finales, con lo que se nos invita a experimentar e investigar; sin embargo, conviene avisar de lo extremadamente duras que son las imágenes que contiene, a veces tanto, que casi fuerzan a apartar la mirada de la pantalla. Por ello es un juego que solo se recomienda a auténticos fans de los títulos de terror y supervivencia, mayores de edad y con estómago a prueba de balas (o sierras: permítanme el chiste, que los que mueran al menos una vez en esta escapada entenderán).