Horizon: Zero Dawn fue una grata sorpresa en 2017 cuando salió al mercado. Su combinación de mundo abierto, con una protagonista novata pero fuerte y decidida, y una historia profunda, muy sorprendente y cargada de autocrítica hacia ciertos comportamientos humanos, dio en el clavo y llevó el juego al éxito, al ubicarlo entre los más vendidos de PS4. Cinco años después llega su secuela con todos los ingredientes necesarios para superar ese triunfo.
Aloy logró detener a Hades, el programa informático que, de forma misteriosa y por una señal de origen desconocido, obtuvo conciencia propia e intentó aniquilar a la humanidad. Pero ahora la Tierra se muere y no se sabe por qué. Nuestra protagonista viajará al Oeste Prohibido (de ahí el título del juego) para ver si es capaz de detener este apocalipsis antes de que sea demasiado tarde.
Si en Zero Dawn se vislumbraban buenas ideas, pero algunas parecían no haberse desarrollado del todo correctamente, en Forbidden West la desarrolladora Guerrilla Games ha agarrado el toro por los cuernos y se ha puesto manos a la obra: el mundo abierto es mucho más grande y variado que antes (atención a la recreación de algunos lugares emblemáticos de EE.UU. y a la capacidad de buceo ilimitado, que dejan estampas para el recuerdo), los combates son aún más intensos, hay muchas más máquinas, más mortíferas que nunca, y las misiones son más numerosas y profundas, lo que logra que nos sintamos partícipes de verdaderas historias humanas. Y la clave sigue siendo el guion: realmente interesa lo que hace Aloy, con quién habla y qué datos nos desvela. Había mucho detrás de Zero Dawn y por fin lo empezamos a ver.
Obviamente, Guerrilla Games ha puesto toda la carne en el asador y entrega un apartado técnico de absoluto escándalo, con texturas, iluminación, animaciones, detalles faciales y distancia de visión que parece mentira que la PS4 los aguante sin pestañear. Todo esto acompañado de un impecable doblaje al castellano, liderado por la actriz Michelle Jenner y textos perfectamente escritos (salvo alguna falta ortográfica aislada).
Por poner algunas pegas, los tiempos de carga en PS4 son muy largos (en PS5 se corrige gracias al disco duro ultrarrápido), algunos fallos técnicos nos obligan a repetir misiones de bastante complejidad (enemigos tras paredes impenetrables) y la cámara se pone en lugares que dificultan ver alrededor.
Son fallos menores ante lo que tenemos delante: una gigantesca obra hecha por y para fans del apasionante universo Horizon. Un magnífico ejemplo de cómo se hacen secuelas y, desde luego, nos tienen deseando ver la tercera entrega. Por supuesto, por sus contenidos violentos se aleja de público más joven, pero al no haber nada desagradable es apto para los mayores de 16 años.