Yo vi a Nick Drake

Rey Lear.

Madrid (2014) .

176 págs.

16,95 €.

GÉNERO

Novelista, poeta, traductor, Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956) es también autor de relatos. Entre unas cosas y otras, ha conseguido un estilo propio que se despliega a través de los diferentes géneros literarios que frecuenta. Gran conocedor de la literatura de Estados Unidos (es traductor del novelista James Salter), en sus relatos puede apreciarse la huella de los grandes cuentistas de aquel país.

Los cinco relatos de este volumen fueron publicados con anterioridad, por entregas en la prensa de Andalucía. Este origen influye en su dimensión, pues la mayoría son relatos extensos, de unas cuarenta páginas, cercanos a la novela corta, con más espacio para que el autor pueda explayarse, detallar los planteamientos y trabajar los personajes. Todos, además, transcurren fuera de España: en Inglaterra, Long Island, en la costa del Pacífico mexicano, en Eurodisney de París y en un hotel de la costa de Túnez. Y todos están protagonizados por personas que se encuentran en un momento crítico de sus vidas, en el que tienen la felicidad al alcance de la mano o ven que todo se viene abajo. Jordá trabaja bien este instante y le saca partido en sus relatos con las indecisiones de unos protagonistas que dudan qué camino seguir, aunque parecía que todo estaba muy claro.

En Yo vi a Nick Drake, un mitómano de este cantante, fallecido en 1974 a los 26 años, indaga en su biografía para buscar algún resquicio que explique su aislamiento vital. Esa búsqueda traspasa el interés profesional para convertirse en una obsesión. Lugar de Espinas Grandes describe la relación entre una pareja de españoles que se encuentran realizando un viaje por México. En Puerto Escondido, lugar alejado y paradisíaco, deciden pasar una larga temporada para replantearse a la vez el futuro de su relación. Allí conocen a otros turistas extranjeros que han ido a ese lugar para practicar surf en sus salvajes playas. Y, de pronto, del surf y sus peligros dependerán sus vidas. Eurodisney cuenta el viaje que hace un matrimonio con su niño pequeño a París y las reflexiones del protagonista sobre su vida, un tanto fracasada, y su matrimonio, sostenido por Carmen a pesar de la abulia de Javi, el marido. Un día de verano es el reencuentro en Long Island, muchos años después, de un director de cine en sus últimos días y un escritor que colaboró con él como guionista. El avance de la grave enfermedad del director le lleva a recordar algunos momentos de su vida en un momento de aguda crisis. ¿Por qué mataron a Jaurès? transcurre en un hotel de la costa de Túnez en el que se encuentran una francesa y un español que han viajado solos para pasar unos días de vacaciones.

Jordá construye lentamente atmósferas cosmopolitas en las que sitúa los vaivenes del carácter de sus protagonista, sus dudas y deseos. Las ambientaciones están muy logradas y el retrato de la intimidad de unos frágiles personajes explica el desconcertante o previsible final.

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