Londres, 1922. Llueve sobre mojado en la vida gris de la señora Wilkins, otrora Rose, hasta que un buen día, refugiada en su club, descubre un anuncio en el Times, dirigido a “quienes aprecien las glicinas y el sol” de un castillo italiano a orillas del mar. Antes de volver a su casa a través de calles abarrotadas y lluviosas, para cocinar y cuidar de un marido tan descolorido como el clima, verá un rayo de esperanza en otra mujer
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