Tras un brillante comienzo, donde destacan obras como Un millón de vacas (1990) y la colección de relatos ¿Qué me quieres, amor? (1996), la trayectoria literaria de Rivas se ha empantanado por su obsesión por utilizar la literatura con fines políticos. Esta desmedida politización ha rebajado la calidad estética de obras bien trabajadas, interesantes pero que caen en la fácil demagogia, como El lápiz del carpintero (1998) y Los libros arden mal (2006). Todo es silencio está ambientada en la
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