Series de televisión. El caso de Médico de familia, Cuéntame cómo pasó y Los Serrano

Ediciones Internacionales Universitarias (2008). 200 págs. 12,5 €.

El libro coordinado por Mercedes Medina, profesora de Estructura y Mercados de la Comunicación y Negocios Audiovisuales en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, analiza desde un prisma multidisciplinar tres series de ficción que se han convertido en paradigma digno de estudio por alcanzar un 35% de cuota de pantalla en muchas de sus temporadas de emisión, conseguir dar el salto a otros países, tener una fuerte incidencia social y contribuir a definir la imagen y el posicionamiento de las cadenas emisoras, algo impensable en España hasta hace una década.

En el trabajo que han desarrollado siete profesores de esta universidad, se engloban tanto cuestiones creativas y de producción (guión y desarrollo, negociaciones, estándares de producción), como estrategias de programación y de explotación comercial, además de un análisis de audiencia. Aunque su lectura es asequible e interesante para todos, encontrará entre los profesionales y estudiantes de la comunicación su público más agradecido.

A través de él descubrimos, por ejemplo, que parte del atractivo de estos productos reside en su condición de híbrido entre la sitcom y la soap opera americana, en su proximidad con las realidades domésticas y cotidianas de la audiencia y en su capacidad para mantener la atención del espectador, tanto por el carácter abierto y por la verosimilitud que despiertan, como por el hecho de prolongarse en otras relaciones con sus seguidores a través de revistas, Internet, o nuevos soportes técnicos como el móvil o el iPod.

También que el ‘dramedia’ es un género español que mezcla tramas melodramáticas con otras de carácter cómico y posee una duración por capítulo superior a los 40-45 minutos del drama americano, con el fin de poder ocupar toda la franja horaria de nuestro prime time, tan diferente al del resto de Europa. O que hacer series familiares resulta muy rentable por su amplio target que abarca edades muy diferentes.

Está claro que la familia vende. Y en este sentido, el estudio hace una llamada a no confundir target con público familiar para concluir que algunas de estas series no son representativas de las familias e incluso pueden tener efectos perversos en sus destinatarios, sobre todo los más pequeños.

En concreto, niega esa condición de familiar a Los Serrano por considerar que en su desarrollo argumental traslada el conflicto a la problemática juvenil, específicamente al terreno erótico. “Con ello, -explica el estudio- la serie desvirtúa las relaciones de familia haciendo que la familia como núcleo distinguible, más o menos sólido fuerte, se convierta en una red o tejido deshilachado de relaciones sentimentales poco justificadas y vividas como los jóvenes viven sus problemas”. Médico de familia, por el contrario, “se mantiene fiel e intacta como serie basada en una premisa familiar. Los personajes conservan su identidad desde el comienzo. Se ofrece una imagen positiva de la familia, arraigada en la unión, la confianza y el respeto de sus miembros, imagen que se contagia y extiende a las relaciones con los amigos y familiares cercanos”. Y “Cuéntame cómo pasó ejemplifica mejor que las anteriores la combinación entre la vida familiar privada y la pública. Y a pesar de que, como visión nostálgica de la historia española, pueda tener en ocasiones ciertos problemas de reconstrucción histórica, la serie en su conjunto resulta verosímil, en la medida en que explica la conexión y demarca bien la frontera entre la historia de los Alcántara y la historia de España”.

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