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Pronto seremos felices

Destino.

Barcelona (2014).

328 págs.

20 € (papel) / 9,99 € (digital).

GÉNERO


Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 95/14

El autor trabajó como corresponsal en los países de Europa del Este cuando se produjo la caída de los regímenes comunistas. Esta es su sexta novela. Es también autor de dos volúmenes de relatos, de una guía literaria de Barcelona, su ciudad natal, y de Lo que cuenta es la ilusión (dietario). Pronto seremos felices –título más bien irónico– está ambientada en los años del final de la guerra fría en Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria, aunque hay también algunos saltos en el tiempo.

El narrador es un comerciante español, del que sabemos poco, enviado por la empresa a aquellos países. La novela tiene cinco partes, cada una dedicada a un personaje con el que el narrador establece alguna relación y que, a su vez, lo pone en contacto con otros individuos.

A través de unas vidas muy variadas, pues hay disidentes, funcionarios, miembros del Partido, intelectuales, empresarios, e incluso pícaros y delincuentes, se ofrece un interesante panorama de la situación social y cultural en la zona, al producirse el paso del comunismo al capitalismo. Son personajes que basculan entre la ilusión, la esperanza, el escepticismo y el miedo.

La ambientación está muy lograda y hay pasajes sobresalientes como la visita al monasterio dominico de Santo Tomás en Praga y el encuentro con el viejo prior, o las descripciones de la vida rural en Bulgaria o de la tensión en Rumanía tras la ejecución del matrimonio Ceaucescu. También son muy interesantes las historias reales sobre disidentes perseguidos, asesinados o desaparecidos en misteriosas circunstancias, como los escritores búlgaros Georgi Markov y Grigor Lenkov, del que se incluye la traducción de un magnífico poema. Tras estas vidas y las de bastantes personajes de la novela, hay mucho sufrimiento. Otros, en cambio, parecen inmersos en la duda y la perplejidad ante unos sucesos que se imponen con rapidez, o en el miedo a las represalias. A ellos hay que añadir los pillos y los mafiosos, los que buscan sacar provecho de los cambios para su enriquecimiento o para salvar el pellejo a toda costa.

Aunque algunos protagonistas resultan muy vivos y cercanos, puede decirse que Pronto seremos felices es también una novela coral. La prosa de Ignacio Vidal-Folch, elegante, cuidada, con acertadas descripciones e imágenes, se apoya también en buenos diálogos. Interesante novela, que refleja, además, el cosmopolitismo y la riqueza cultural del autor.

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