Alfaguara. Madrid (2002). 240 págs. 15 €.
Monterroso explicó en una conferencia que él no escribe, sólo corrige. Publica poco y siempre breve, en busca de esa obra perfecta que muchos pensamos que son cada uno de sus libros. Ahora recoge 37 breves textos sobre otros escritores hispanoamericanos. Explica en el prólogo que no son retratos, sino trozos de huella que han dejado en la historia o en su recuerdo. Una anécdota, una visita, el epitafio de una tumba, la recepción de un libro, la noticia de una muerte, un acto cultural donde participa, son los motivos que dan pie a estas páginas, fruto todas de su conocimiento directo de la persona y obra de esos escritores, algunos de ellos muy conocidos y otros no tanto.
Este nuevo libro muestra a un Monterroso apasionado por la literatura, como ya quedó patente en su dietario La letra e y en las reflexiones contenidas en La vaca, enamorado de la palabra, ferviente cultivador de las lenguas clásicas, perseguidor incansable de juegos de palabras; y también a un personaje entrañablemente tímido, profundo, sincero y buen amigo, en un mundo de escritores donde no todo son celos ni envidias, sino también sintonía y admiración. Todo Monterroso está contenido aquí a través de sus recuerdos de otros, sus exigencias morales y sus constantes estéticas. Autobiografía, crítica literaria, ensayo, periodismo, necrología, hay de todo un poco en este libro sin ideas gratuitas ni palabras sobrantes, textos limados una y otra vez hasta convertirse, como aspira el autor, en literatura.
Javier Cercas Rueda
