Oficio

Númenor. Sevilla (2006). 332 págs. 22 €.

GÉNERO

José Miguel Ibáñez Langlois (Santiago de Chile, 1936), sacerdote, es una figura intelectual de primer orden: doctor en filósofía y en teología, poeta, autor de ensayos como La creación poética, Rilke, Pound, Neruda; tres claves de la poesía contemporánea, Introducción a la literatura o de un manual de doctrina social de la Iglesia, entre otros importantes libros. Además, son famosas sus colaboraciones como crítico literario en El Mercurio, con el pseudónimo de Ignacio Valente. Actualmente ejerce su actividad académica en la Universidad chilena de los Andes.

Algunos de sus poemarios se han editado en España, pero es un acierto la publicación de esta antología poética (1954-1998), preparada y prologada por Enrique García-Máiquez.

En la poesía de Ibáñez Langlois, se aúnan las diversas facetas y experiencias de su vida y de ahí la notable variedad que se aprecia en sus libros: por una parte una mirada crítica, tensa, desgarrada incluso en algunos poemas; irónica, hacia el mundo, aunque no de rechazo, pues late siempre la perspectiva alentadora de la esperanza y de la caridad cristianas. Por tanto también se puede hablar de poesía amorosa y elegíaca, porque, como manifestó en una entrevista de 1989, citada por el prologuista, “en la poesía sólo tiene derecho a aparecer lo más visceral de las experiencias, que en mi caso es la experiencia de Jesucristo”. Así se entiende el trasfondo teológico de todos sus poemarios. Son significativos algunos de los títulos: La tierra Traslúcida (1958), Eterno es el día (1968), Busco tu rostro (antología de 1989)…

Hay libros epigramáticos, de poemas breves y satíricos, como Poemas Dogmáticos (1971 y 1991) y otros formados por largos cantos sinfónicos, como Futurologías (1980) o El Rey David (1998). La cumbre de su obra poética es el Libro de la Pasión (1986), uno de los poemarios indispensables de la poesía en castellano del siglo pasado, a mi modo de ver, que Enrique García-Máiquez ha tenido el acierto de incluir entero en la presente antología.

Con un estilo vibrante y a menudo rompedor y vanguardista, como señala el prologuista, con “quiebra de frases hechas, desmantelamientos tópicos, confusión de códigos lingüísticos, autoironía, acidez, gran desvergüenza y desconcertante sentido común”, la poesía de Ibáñez Langlois es a la vez lírica, narrativa y dramática. En ella influyen los clásicos latinos, los Salmos, la poesía española del Siglo de Oro, y poetas recientes como Ezra Pound, Rilke, Eliot o los hispanoamericanos Nicanor Parra, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Vicente Huidobro, entre otros. Un nuevo acierto de Númenor: pasen y lean.

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