No tengo miedo

Anagrama
Barcelona (2011)
232 págs. 17,90 €
Traducción: Juan Manuel Salmerón

TÍTULO ORIGINALIo non ho paura

GÉNERO

El escritor italiano Niccolò Ammaniti (Roma,1966) se dio a conocer con Branchie (1994). Al año siguiente publicó un ensayo con su padre, Nel nome del figlio, y en 1966 una recopilación de narraciones, Fango. Sus relatos también aparecen en la antología Gioventù cannibale (1966). En 1999, publica Ti prendo e ti porto via y en 2001 No tengo miedo, de la que en 2003 se hizo una versión cinematográfica y que ahora se reedita. Recientemente se han traducido al castellano también Tú y yo y Que empiece la fiesta. Ammaniti es uno de los escritores consagrados de la literatura italiana actual, muy traducido en el extranjero, aunque la calidad de sus títulos sea muy desigual.

No tengo miedo es una historia de niños para adultos. Estamos en 1978 en Acqua Traverse, un pueblo minúsculo e imaginario del sur de Italia, que pasa por una de esas olas de calor que meten a todos en casa y quitan las ganas de hacer nada, incluso por la noche. Los niños son los únicos capaces de superar el calor con sus juegos y su fantasía. Un día hacen una excursión al campo y acaban con un fatídico juego en el que Michele Amitrano, un niño de 9 años, tiene que cumplir el mandato del jefecillo y subir a una casa medio derruida y deshabitada. En el recorrido por la casa encuentra un profundo agujero donde descubre un niño; no sabe si está dormido o muerto. Michele regresa con sus compañeros de excursión y oculta su hallazgo.

A la mañana siguiente vuelve a la casa. Comienza así una historia de amistad y de lealtad entre los dos niños. Sin embargo, poco a poco se complican las cosas y se descubre la triste razón por la que aquel niño vive en aquella casa derruida. Pero para descubrir todo eso, Michele tiene que pasar por situaciones en las que pone en juego la lealtad y la obediencia, a la vez que se topa con la maldad de los adultos.

El argumento resulta interesante y, a su manera, cercano, pues la novela tiene como principal protagonista el mundo de la infancia. El lenguaje, sencillo, no cae en fáciles sentimentalismos. Aunque el desenlace es casi previsible, no decae el interés. Los personajes están muy bien trazados, especialmente la madre y el padre de Michele, pero son sobre todo los niños, su mundo interior, la forma de relacionarse entre ellos, la ternura y la candidez, y, también, la crueldad que convive con la inocencia, los que sobresalen en esta novela.

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