¿Hay razones morales para pagar impuestos? Se trata, como reconoce Mario Pérez Luque, de una cuestión espinosa, pero tal vez nunca ha sido tan delicada como en estos momentos. De un lado, los impuestos exigen del ciudadano a veces sacrificios excesivos, ya que casi cada una de las actividades de los individuos conlleva la satisfacción de tributos; de otro, el mantenimiento del Estado del bienestar requiere de una ingente suma de ingresos, pero implica –inexorablemente, al parecer– desvíos, corruptelas y
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