(Actualizado el 31-01-2012)
«–¿Es que en este mundo las cosas no cambian nunca? –No te lo tomes tan a pecho. Algunos mueren, los demás envejecemos, llega gente nueva, los antiguos se marchan… –Pero apenas se nota. –Eso, sí.»
Este diálogo entre el fiscal y el policía pone punto final a esta estupenda novela. Hasta llegar a esa conclusión que mezcla deportividad y resignada aceptación, los delincuentes han hecho lo que saben hacer, con lealtad, siempre que era posible; el tío Sam ha ido poniendo zancadillas a unos y otros, consciente de que todo no se puede controlar. Coyle no es un chivato pero tiene que dar algo a cambio si no quiere volver a la cárcel, y puede que no baste con un traficante de armas de poca monta. Los atracadores de bancos son una preocupación más en un Boston de los setenta donde la mafia y los Panteras negras acaparan toda la atención de las fuerzas del orden.
Higgins (1939-1999), periodista, abogado, y fiscal, conocía de primera mano el crimen organizado. En 1970 escribió esta novela y luego 26 más, ninguna tan buena como la primera. Una mínima narración soporta un encadenamiento de formidables diálogos llenos de vida y de ritmo, que muestran –no cuentan– el ambiente criminal con una nitidez muy poco frecuente. Humor, ingenio, jerga callejera, comentarios obscenos, el placer de la conversación, el peso de la lógica o de la indolencia, son algunas de las notas de estos sorprendentes intercambios.
La realidad es siempre compleja y la novela criminal ha tendido con frecuencia a contarla simplificando. Por eso llamó tanto la atención en su día esta historia, que será desde entonces un referente obligado del American noir. Todos hacen su trabajo sin apasionamiento, a sueldo del Estado o apropiándose de lo ajeno, todos se utilizan unos a otros, pero sin animosidad. Nunca es nada personal. En la subcultura criminal que retrata Higgins no hay grandes criminales y mucho menos héroes. Todo el mundo se busca la vida y nadie tiene amigos, tampoco Eddie Coyle.
La novela fue llevada al cine en 1973 (con Robert Mitchum como protagonista) y en España la titularon El confidente.