Merecido homenaje a quien supo querer, con unas condiciones humanas e intelectuales excelentes, que puso generosamente al servicio de los demás a lo largo de su vida. Un extraordinario lector, un crítico avispado, que contagiaba ese amor a los buenos libros, Pedro de Miguel (1956-2007) falleció con cincuenta y un años, pero ha dejado una huella firme en quienes le conocieron. Joseluís González, que compartió con él diversas aventuras culturales, se ha ocupado del prólogo y de la selección de
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