Inicios del siglo XX en el sur de Estados Unidos. El ejército busca a Pancho Villa después del ataque que hizo a Columbus en 1916: quieren capturarle y hacerle pagar por todo lo que hizo. En la nota final, Robert Olmstead (New Hampshire, 1954) explica los acontecimientos históricos que enmarcan la acción ficticia que aquí se relata.
El protagonista es Napoleón Childs, oficial de caballería del ejército de Estados Unidos, que parte en la expedición de castigo del general Pershing con un grupo de hombres, casi todos novatos. Pasan los días en el desierto de Sierra Madre con un sol abrasador, pero no encuentran ni rastro de Pancho Villa.
Las vicisitudes con las que se van encontrando en su búsqueda son numerosas, y todas ellas inútiles y muy violentas. En algunas de las batallas en las que se ven inmersos, se produce una auténtica masacre. Al final, solo quedará vivo Napoleón, hasta que le rescata su hermano Jenofonte. Tras una terrible convalecencia, Napoleón decide reanudar la expedición, ahora para encontrar los restos de sus hombres y sin saber realmente quiénes fueron los que los masacraron.
Siguiendo la huella de Tierra salvaje y Caballo negro carbón, en esta tercera novela la descripción que hace Olmstead de los hombres y de los paisajes está hecha con un realismo tan fuerte que hace sentir que se está viviendo la escena. Y una vez más, el mundo de los caballos y las imágenes de ellos son muy vivas. Pero aquí se trata también de la fortaleza de no rendirse a la muerte, a pesar de tenerla tan cercana, y del amor fraterno, al relatar minuciosamente los cuidados de Jenofonte a su hermano.
Un wéstern de gran calidad literaria, con una prosa cruda, culta y cuidada, y un ritmo de narración sorprendente.