Largo desolato y otras obras

Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores
Barcelona (1997)
480 págs. 2.950 ptas.
Traducción: Monika Zgustová.

GÉNERO

En este libro se han reunido siete piezas teatrales del actual presidente de la República de Chequia. Václav Havel (Praga, 1936) es autor de obras teatrales, de ensayos y de las Cartas a Olga (ver servicio 69/91), destinadas a su mujer, escritas desde la cárcel y que acaba de editar también Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores.

Este volumen permite conocer la trayectoria de Havel como dramaturgo, pues reúne obras escritas desde los años sesenta hasta la mitad de los ochenta. Las de la primera década señalada (Una fiesta en el jardín y El comunicado) pertenecen al teatro del absurdo: la incomunicación, las ambivalencias del lenguaje y su poder de dominio sobre las personas, la pérdida de identidad, son cuestiones que aparecen también en los ensayos del autor. Aquí se trata de personajes programados, de autómatas. Hay numerosas repeticiones tanto de diálogos como de situaciones, y muchas entradas y salidas de personajes. En el fondo está la marginación que el autor sufrió desde su juventud bajo el régimen comunista por sus «orígenes burgueses».

Esta marginación aumentó en la década de los setenta, en que la representación y la publicación de sus obras fue prohibida. De las cinco que escribió se han elegido tres: Ópera de los mendigos (basada en una obra de John Gray), Audiencia e Inauguración (éstas dos, en un solo acto). Havel tuvo que buscar trabajo en una fábrica de cerveza y vivió aislado con su esposa. Esto le llevó a reflexionar sobre el papel de los intelectuales y sobre su experiencia de la incomunicación, y a defenderse ante las diversas formas de manipulación y de opresión. El resultado de su protesta fue la condena a cuatro años de cárcel, que se refleja en las Cartas a Olga y en Error (1983), una breve pieza incluida también en esta antología.

En la cárcel y aun después, Havel sufrió una enfermedad depresiva que le llevó a escribir Largo desolato, considerada su obra maestra y la más personal, con la que trató de superar su abatimiento: representa la lucha del individuo contra el poder que intenta despersonalizarlo. Podría pensarse que con la caída del comunismo las obras de Havel han perdido interés, pero no es así: sus temas y preocupaciones son universales, y muchos de los problemas que plantea siguen vigentes, porque hoy perviven otras tiranías que producen situaciones parecidas a las sufridas por Havel: las tiranías del consumismo, del conformismo individualista o del cinismo y escepticismo relativistas.

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