Por encima de las limitaciones de la comparación (recorridos, rivales, materiales, alimentación, etc.), el belga Eddy Merckx probablemente ha sido el mejor ciclista de la historia o, lo que es lo mismo, el mejor atleta de fondo. Nunca se ha dado en un deportista una conjunción tan demoledora de obsesividad, ambición y talento. Su superioridad era tan irritante que convertía las pruebas en que participaba en un desanimante monólogo. Solo una vez corrió la Vuelta a España, en el año
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