Carlo Cassola (1917-1987) es uno de los más destacados novelistas italianos del siglo pasado, poco conocido en España. Su obra se podría calificar de realista con tonos elegíacos. La tala del bosque (1954) es una de sus obras mejor valoradas.
La trama transcurre en un rincón solitario de los Apeninos toscanos -magníficamente descrito-, donde una cuadrilla de leñadores tala un bosque a lo largo de cinco meses de un otoño suave y un invierno cruel. El desarrollo del durísimo trabajo está narrado con precisión casi notarial. En cambio, la convivencia entre los cinco hombres, en la cabaña construida por ellos mismos, está expresada de un modo intencionadamente escueto, para reflejar con más intensidad el clima de alejamiento de su ambiente familiar y social.
Cada uno afronta el trabajo de un modo peculiar con el que se manifiesta también su actitud ante la vida y su personalidad: Fiore, taciturno, solitario y obsesionado por la tarea; Francesco, animoso y gran contador de historias en los momentos de descanso; Germano, el más joven, es el que menos acepta la situación que le ha tocado vivir; Amedeo muestra el equilibrio de un buen esposo y padre de familia que tiene un motivo para vivir y superar las dificultades. El carbonero es un viejo que ve cerca el final y teme la soledad.
Pero el personaje principal es Guglielmo, joven aún, que ha enviudado unos meses antes, y sufre una profunda crisis que trata de superar con el trabajo. Su dolor, la angustia que padece en silencio -rumiando su pasado-, la lucha interior ente la esperanza en el más allá y la duda, están magistralmente expresados, con un estilo seco, contenido, mucho más eficaz que los excesos melodramáticos hacia los que habría sido fácil deslizarse. Una breve novela que forma parte ya de las obras clásicas de la literatura italiana.
Luis Ramoneda