Continúa Ediciones 98 la recuperación de las mejores obras de Álvaro Cunqueiro (1911-1981), autor de un catálogo variado en el que predomina su visión fantástica de la vida, todo ello ceñido a una reconocible realidad gallega que Cunqueiro fue capaz de convertir en mito. Hay en sus obras una “galleguización”, irónica y realista, de mitos literarios como la materia de Bretaña y del rey Arturo, y también una actualización de relatos que proceden de las literaturas clásicas; siempre con un estilo onírico, en el que se mezcla lo erudito con lo popular, muy apropiado para reflejar la realidad mágica gallega. A la reedición de Los otros feriantes hay que sumar la de otros espléndidos libros como Merlín y familia, Gente de aquí y acullá, Las crónicas del Sochantre y Escuela de curanderos y fábulas de varia gente. La editorial anuncia que seguirá rescatando más obras de Cunqueiro.
La taberna de Galiana es una obra muy especial. Cunqueiro no publicó en vida ningún libro con este título, aunque sí parece que tenía esa intención. Como escribe el propio autor, “hace tiempo que yo había imaginado un libro con tabernas fantásticas, y en algún cajón deben de andar perdidas unas docenas de folios”.
El primer texto es de 1942 y también hay referencias a esa mítica taberna en textos cercanos al final de su vida. Se trata de un tema que le atraía, pues las tabernas son ese escenario donde se dan cita las historias peregrinas y los personajes raros e inverosímiles. La Galiana, sobre la que girarían todos los textos, está en el camino que va junto al mar desde Galicia hasta Bretaña; en ella se encuentran “extraños caballeros y damas, sorprendentes viajeros, inusitados mercaderes, toda la familia de la gente lunática y del trasmundo”. Unos huéspedes muy especiales que forman una singular corte de los milagros.
Jesús Blázquez, el editor, ha reunido en este libro muchos textos inéditos que tienen como tema la fascinación que Cunqueiro sentía por las tabernas, las posadas, las ventas y mesones. Habla de las gentes que frecuentan estos lugares, apoyándose en muchos de sus autores preferidos, como Cervantes, Chaucer, Samuel Pepys, Dickens y Boswell. En ese contexto, introduce historias fantásticas y hace desfilar una galería de personajes populares, todo ello con visos de realidad. Y aprovecha también para hablar de gastronomía y de algunos de los vinos típicos de su tierra, como el ribeiro, blanco o tinto, “un vino comunicativo y alentador. (…) Un vino para una filosofía humana, peripatética y sentimental”.