La casa de la alegría

Alba. Barcelona (2008). 392 páginas. 28 €. Traducción: Pilar Giralt Gorina.

TÍTULO ORIGINALHouse of Mirth

GÉNERO

Edith Wharton fue una autora reposada y paciente, que alcanzó sus mayores logros en la madurez (ver Aceprensa 2/08). Escribió su primera gran novela, La casa de la alegría, pasados los cuarenta años. La protagonista de esta historia es una joven huérfana, Lily Bart, a quien su tía acoge en su mansión de Nueva York, y que aspira a “cazar” a un marido rico. La novela se presenta como una crónica más o menos irónica de las costumbres de la época, pero, poco a poco, el conflicto latente entre realidad y deseo empuja a la joven a un abismo sin salida.

Lily es una de las creaciones más complejas de Edith Wharton. Contradictoria e incapaz de apostar a una sola carta, vive convencida de sus propios méritos. Es consciente, también, de que el dinero es solo un medio para conseguir cosas y no un fin en sí mismo; por lo que, aunque se le presentan varias oportunidades para medrar y satisfacer sus expectativas, rechaza los aspectos más mundanos de la vida, y nunca obtiene el “éxito” social.

A las coetáneas de Edith Wharton la independencia les estaba vedada: en Estados Unidos las mujeres no pudieron votar hasta 1920; y la autora retrata con maestría esa sumisión, describiendo cómo variaba el estatus en función del éxito o el fracaso en la organización de fiestas. Son precisamente esas fiestas -“la rutina usual de la hospitalidad”- el hilo conductor de la novela, que bien puede leerse como un antecedente de El gran Gatsby, el clásico de F.S. Fitzgerald.

La exquisitez y el cuidado de las formas no estorban en ningún momento la profunda intensidad y la inteligencia de una narración que, ya en su día, se consideró un hito de la literatura americana, y que todavía hoy constituye el mejor reflejo de un tiempo muy hermoso en apariencia, pero felizmente superado.

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