Este libro es fruto del trabajo en solitario del autor durante la pandemia, según nos cuenta él mismo, pero también de una vida dedicada a conocer la historia más reciente de Europa en directo, con una actividad que es la envidia de cualquier historiador. Timothy Garton Ash ha tenido la fortuna de conocer, tratar y entrevistar a protagonistas de los hechos, de conversar con ellos acerca de lo sucedido y lo que pensaban que iba a suceder.
La capacidad del autor de esbozar retratos de los personajes que menciona es una lección de estilo microbiográfico: desde un estudiante compañero de piso en sus tiempos de joven profesional, hasta un pastor protestante de la República Democrática Alemana, pasando por el líder de Vox en Ceuta y otros centenares de coetáneos. Otro tanto cabe decir de su habilidad para evocar lugares y espacios a través de la música, textos literarios y periodísticos, olores, colores, objetos, paisajes, ambientes o circunstancias en las que lo nimio se entremezcla con lo decisivo. La credibilidad de este caudal de detalles confiere una extraordinaria viveza al relato.
En la estructura de la obra refleja el autor su visión de la historia reciente de Europa: destruida en la inmediata posguerra; dividida desde la construcción del muro de Berlín en 1961 hasta el comienzo del levantamiento polaco en 1979; en ascenso en la década de los ochenta hasta llegar a la caída del muro; triunfante en los noventa y hasta la crisis de 2008, y vacilante desde entonces. El gran protagonista del libro es el proyecto de unidad europea, la construcción institucional cuyos efectos culturales, sociales y vitales se rastrean en sus páginas.
Como tal interpretación personal, las convicciones del autor desempeñan un importante papel en la selección, comprensión y explicación de los hechos. Garton Ash es un convencido demócrata que valora la enorme riqueza de la cultura europea y que considera que su larga construcción histórica ha alcanzado la cima con las ideas ilustradas, perfeccionadas por la revuelta del 68, matizadas por el postsesentayochismo. Con empirismo pragmático y gran seguridad, se concede al sesentayochismo triunfante el carácter de cima histórica y resumen de la verdad europea. Los logros de esa revolución son quizá lo único que no se pone en duda. Aunque el talante observador y el conocimiento histórico del autor le llevan a reconocer el papel del cristianismo en la historia europea, lo entiende como cosa del pasado, o circunstancial, como en el caso de la acción de Juan Pablo II en la recuperación de la libertad de media Europa. El consenso actual, en particular en torno a los postulados LGTBIQ+, tiene estatuto de verdad culminante en la evolución de la Europa de Garton Ash.
En todo lo demás se reconocen el pluralismo y la racional capacidad crítica como una riqueza europea, seguramente la mayor, y se sabe reconocer los grandes problemas que han ido aparejados a los no menos grandes logros de la historia del continente. De ahí deriva también una visión política en la que la línea de izquierda progresista se considera la esencia de la democracia. Quienes se oponen a ella, como Orbán en Hungría o Kaczynski en Polonia, pueden tener votos, pero no legitimidad democrática. Si hacen políticas sociales beneficiosas es porque las sustraen del patrimonio de la izquierda.
Una historia de Europa, pues, magníficamente escrita, con una muy personal interpretación, que nos coloca ante la grandeza de sus hitos recientes, y también ante su miseria. Un retrato acabado del pensamiento dominante, trazado por uno de los que, con su relato, han contribuido a su éxito.