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El jardín de las fieras

TÍTULO ORIGINALGarden of beasts

GÉNERO

Suma de Letras. Madrid (2006). 495 págs. 21 €. Traducción: Edith Zilli.

Estamos en 1936. Paul Schumann, el mejor de los asesinos a sueldo, cree llegada su última hora cuando se ve acorralado por sorpresa en un apartamento de Manhattan. En lugar de eso, oye cómo unos agentes del gobierno le prometen la redención a cambio de que viaje a Berlín para despachar al hombre de confianza de Hitler, Reinhald Ernst, durante la celebración de los juegos olímpicos.

Jeffery Deaver (conocido por ser el autor de «El coleccionista de huesos») ha cuajado un buen «thriller», de ritmo vertiginoso y fácil adaptación cinematográfica. Desde que Schumann pone los pies en Berlín, la narración avanza casi minuto a minuto, en un tenso contrapunto entre las andanzas del sicario y las pesquisas del inspector Willi Kohl (que le sigue la pista sin conocerlo), con leves momentos de respiro para meternos en la mente de los jerarcas nazis, y con sobresaltos que menudean más en los últimos capítulos. A este respecto, conviene no impacientarse con el juego del ratón y el gato entre Schumann y Kohl en el primer tercio de la novela.

Y no hay más, claro. La presencia agobiante del totalitarismo le sirve a Deaver para hacer más malos a los malos, que caen a racimos ante los fuertes puños de Schumann, mientras que los oponentes al sistema dan la nota sentimental. La figura de este sicario con principios morales, que sólo trabaja para «corregir los errores de Dios», es una concesión graciosa que hay que hacerle al autor, y la documentación historiográfica de que alardea al final queda en entredicho desde el primer capítulo, cuando se habla de «la guerra civil de España» a 13 de julio del 36.

Jesús Sanz

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