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El imperio de Kalman el Lisiado

TÍTULO ORIGINALKalman kálikes imperye

GÉNERO

Losada. Madrid (2004). 490 págs. 36 €. Traducción: Rhoda Henelde Abecassis y Jacob Abecassis.

Yehuda Elberg, judío, hijo de un rabino, nació en Zgierz (Polonia) en 1912. Poco después de la II Guerra Mundial, se exilió, primero en París y a partir de 1948 en Estados Unidos y en Canadá, donde falleció en 2003. Es, junto con Isaac Bashevis Singer, uno de los escritores más destacados en lengua «yiddish», la de los judíos centroeuropeos, mezcla de alemán, de hebreo y de lenguas eslavas.

La novela se desarrolla en una pequeña población polaca de la región del Vístula, en la que conviven judíos y cristianos, sin demasiadas tensiones, en el periodo de entreguerras. En la primera parte, el autor presenta a Kalman Shwerdl, un lisiado emprendedor y astuto, atormentado por una infancia muy penosa, a causa de la desaparición temprana de sus padres y de los complejos generados por su invalidez. En la segunda parte, Elberg nos traslada a los orígenes de los Shwerdl, a la prosperidad en que vivieron los antepasados de Kalman, hasta que unos trágicos sucesos condujeron a la familia a la ruina. En la tercera parte, volvemos a la época del protagonista, que consigue levantar, en pocos años, un imperio industrial que da prosperidad a la zona en momentos de crisis económica. El breve epílogo cierra la novela con el presagio del final del imperio levantado por Kalman: los periódicos del 31 de enero de 1933 informan de que Hitler acaba de subir al poder en Alemania.

Novela ambiciosa, en la que se describe muy bien la vida de la comunidad judía en Centroeuropa y los difíciles equilibrios entre la fidelidad a sus tradiciones y creencias, la convivencia con los no judíos y el influjo de las nuevas ideas que recorren el continente. Destaca la compleja personalidad del protagonista, de una impulsiva sagacidad, capaz de acciones filantrópicas muy generosas junto a conductas en las que sus pasiones y rencores se desatan. Un alma atormentada en la que conviven Esaú y Jacob, que de pronto siente desprecio hacia sí mismo y arrepentimiento por sus pecados, pero que poco después comete nuevos abusos. A Kalman lo acompaña un buen número de personajes muy variados, la mayoría judíos observantes, gente normal que intenta vivir en paz y ser feliz, pintada con acierto.

El autor muestra las grandezas y miserias de que es capaz el hombre, se adentra en los misterios del dolor y de la felicidad a través de las vicisitudes y de los diálogos de los personajes, con comprensión, con ternura y también con toques de humor. Afean la novela varios pasajes en los que se describe con cierto detalle la lascivia de Kalman.

Luis Ramoneda

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