Anagrama. Barcelona (2005). 245 págs. 15 €. Traducción: Txaro Santoro.
Bernard Schlink (Bielefeld, 1944) es un juez alemán, conocido literariamente por un ciclo de novelas policíacas protagonizadas por el detective Selb, serie que se cierra con esta última.
En su nueva y última aventura, Selb es contratado por un banquero y empresario con una larga trayectoria de negocios en la extinta Alemania Oriental, para que investigue los rastros de un socio oculto que el banco tuvo en la generación anterior. En las lentas pesquisas -hay que tener en cuenta que Selb, de setenta años, no tiene el perfil de los detectives habituales- se produce un asesinato. Las circunstancias personales de Selb enriquecen la narración: su pasado nazi, la relación afectiva estable con una mujer divorciada más joven que él, su capacidad reflexiva y paciente. También añade interés a la novela la descripción del cambio social y laboral tras la unificación alemana, con el bagaje de prejuicios y recelos de algunos personajes que acaban de salir de la tiranía comunista.
Una novela policíaca, pues, poco convencional en algunos aspectos. A la vez, Schlink da vida a unos convincentes personajes que reflejan aspectos universales de la condición humana.
Ángel García Prieto