Este libro del escritor y cineasta anglo-paquistaní Tariq Alí es un ajuste de cuentas no solo con el sistema capitalista sino, sobre todo, con la socialdemocracia de Europa occidental. La caída del muro de Berlín marcó, según el autor, tanto la defunción de la URSS como la de los partidos socialdemócratas, que renunciaron a sus orígenes socialistas, entiéndase marxistas, para asumir, sin grandes reparos, la economía neoliberal y el consiguiente desmantelamiento del Estado del bienestar.
Para Tariq Alí, Margaret Thatcher y Tony Blair son políticos equivalentes en la reducción de las políticas sociales y en la defensa del individualismo liberal. De hecho, se complace en dar nombres de políticos conservadores y laboristas, quizás más de estos últimos, con ingresos millonarios y, a veces, salpicados por escándalos de corrupción. Estas duras críticas le llevan, por el contrario, a simpatizar con el nacionalismo escocés, de raíces izquierdistas, y cuyas actitudes identitarias conllevan un rechazo del capitalismo globalizador, uno de cuyos buques insignias sería la Unión Europea. De ahí que las críticas se hagan extensivas al poder sin rostro de Bruselas, desmantelador de la Europa social, con lo que las objeciones del autor poco se diferencian de los conservadores euroescépticos. Se comprende que el autor diga, sin tapujos, que votará “no” en 2017 a la permanencia del Reino Unido en la UE.
Ni que decir tiene que, para Tariq Alí, los gobiernos de coalición, como el de Alemania, solo han servido para predicar doctrinas de austeridad y hacer pagar la crisis a unas clases trabajadoras que no serían responsables. Conforme a esta visión, el verdadero responsable de la crisis es el “extremo centro”, los supuestos moderados del centro-derecha y de la socialdemocracia, que tachan, en cambio, de extremistas y radicales a todos los que están a la izquierda del socialismo.
El “extremo centro” representa el liberalismo capitalista. Por el contrario, la extrema izquierda o el populismo se identifica con la democracia real que no es, desde luego, la democracia liberal, sino que está encarnada por “partidos-movimientos”, representados en Europa por Syriza y Podemos. Su modelo sería el populismo latinoamericano, el llamado eje bolivariano, que se presenta como única alternativa a un sistema radicalmente injusto. Es un movimiento que viene desde abajo con la pretensión explícita de no ser el clásico partido de izquierda “bisagra”, dispuesto a sumar con la socialdemocracia. Antes bien, pretende desbancarla por completo para hacer frente abiertamente a los partidos de centro-derecha.
El modelo de Syriza es el que Tariq Alí prefiere para Europa, y esto le lleva a poner también sus esperanzas en el laborismo izquierdista de Jeremy Corbyn. No obstante, en las últimas páginas del libro, se percibe que Podemos le resulta un modelo mejor, de los que no capitularán ante Bruselas y no falta, en consecuencia, una entrevista con Pablo Iglesias que no oculta, en absoluto, sus propósitos de frenar cualquier alianza entre socialdemócratas y conservadores para que así se produzca el advenimiento de la auténtica democracia, la que su “partido-movimiento” representa. No es casual que esta obra de Tariq Alí se cierre con una cita de Lenin sobre la incapacidad de las clases superiores para dirigir y gobernar a la antigua usanza, un requisito indispensable para que se produzca una situación revolucionaria.