Espasa Calpe. Madrid (1998). 261 págs. 2.300 ptas.
Stalin Martínez es un dentista cubano que decide escapar de su país aprovechando su estancia en un congreso internacional. Escondido en la azotea de la casa de su hermano, dedica unos días a provocarse los efectos que hubiera sufrido de haber llegado a Estados Unidos en una balsa (único modo de ser admitido de manera inmediata y en buenas condiciones). Esas horas de sol, hambre, baños de agua salada, deshidratación, suciedad y soledad, las dedica a rememorar las circunstancias que le han llevado a vivir su actual situación, un pasado que, como ahora su piel y sus ropas, está lleno de suciedad y jirones.
Esta historia fue inicialmente concebida como guión cinematográfico, y de este embrión hereda la fluidez de los diálogos, la presentación en golpes de vista de las situaciones y la descripción de caracteres más por sus actos que por sus reflexiones.
Dime algo sobre Cuba es un relato visual, sensorial, sobre la indignidad; de la vida en un país donde nadie se muere de hambre y la sanidad es gratuita, pero donde los médicos hacen de botones y los dentistas de camareros, donde sólo te dejan soñar y donde la capacidad de reírse de la propia desgracia es casi la única arma de supervivencia. En Cuba es fácil llorar de rabia y consolarse con un eterno cuento de la lechera. Geografía, gastronomía, carácter y léxico cubanos van desfilando a la par que los recuerdos del protagonista, en un doloroso conflicto de sentimientos: el amor a la patria y a la familia, de un lado; la esperanza de la libertad y la dignidad, del otro. El moreno balsero va emergiendo a la vez que el despecho hacia su mujer infiel, el recobrado cariño por su hermano, los proyectos profesionales antes implanteables y, de nuevo en su vida, el amor a una mujer.
Jesús Díaz (La Habana, 1941), exiliado en Madrid, profesor universitario, cineasta y autor de varias novelas y libros de relatos, ha sabido esquivar la fácil tentación del libro-denuncia. Lo que cuenta es una historia muy humana, con personajes muy reales que a veces no tienen más remedio que soportar la herida del exilio para poder vivir como personas, para huir de la humillación de ser cubano en Cuba.
Javier Cercas Rueda