La cuestión migratoria es el tema central de esta original e interesante novela con la que la estadounidense Valeria Luiselli ha conquistado el éxito del público y de la crítica. La historia, que formalmente se asemeja a un libro de viajes, está protagonizada por una pareja norteamericana, dos documentalistas de sonido de los que no se indica el nombre. Él se propone rastrear la huella de los últimos apaches que se rindieron a los militares, y ella se documenta sobre la experiencia de los niños perdidos en el desierto tras el intento de atravesar la frontera, a raíz de los sucesos ocurridos en 2014, que la autora, nacida en México, conoció de cerca.Incluso trabajó como voluntaria para que estos niños fueran admitidos en su nuevo país.
Los dos viajan en coche en pleno verano de Nueva York a Arizona junto con sus dos hijos, de diez y cinco años, fruto de anteriores relaciones. El marido se plantea la duda entre quedarse en el lugar de destino y abandonar a su familia o permanecer con ellos, y ella sospecha que está urdiendo un plan. Este conflicto es una línea argumental que atraviesa toda la novela.
Desde la carretera divisan gran variedad de paisajes: montañas, llanuras y, conforme avanzan, zonas más desérticas. Un largo trayecto en el que solo se detienen para comer y dormir y que intentan amenizar cantando Space Oddity, de David Bowie, y escuchando audiolibros. Durante el viaje los niños no cesan de hacer preguntas acerca de los refugiados y también comienzan a percibir la tensión latente en la pareja, que se acrecienta con los kilómetros recorridos.
Luiselli introduce elementos de autoficción en un libro muy peculiar, escrito con cierto tono de crónica y que gira en torno a una serie de cajas, cada una correspondiente a un capítulo. Estas cajas contienen recortes de prensa, fotografías y material de investigación sobre los apaches y los inmigrantes. El modo de contar es versátil, con una prosa eléctrica acorde con la dureza del tema, del que se aportan escalofriantes datos, como el número de refugiados que murieron en el intento de entrar en Estados Unidos, los 80.000 niños que fueron abandonados en la frontera o los cientos de niñas y mujeres violadas o desaparecidas.
