Ring W. Lardner (1885-1933) nunca confió demasiado en su talento como cuentista, y no fue hasta 1924, animado por su buen amigo Scott Fitzgerald, cuando se animó a reunir por primera vez algunas de sus “piezas” en un solo volumen. Cómo escribir relatos se compone de un prólogo y nueve historias, entre ellas las ya clásicas Los hechos, Alibi Ike, Campeón o Hay quien las quiere frías. El conjunto resulta fascinante, no ya por la declarada influencia que Lardner ejerció en gigantes de las letras americanas como el citado Scott, Hemingway o Salinger, sino por la personalísima voz de su autor, que, tal vez sin pretenderlo, ofrece aquí un modesto fresco social de Estados Unidos en el p ...
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.