Ciudad total

TÍTULO ORIGINALMaximun City

GÉNERO

Mondadori. Barcelona (2006). 651 págs. 24,50 €. Traducción: Aurora Echevarría.

Mehta es un escritor indio que vive en Estados Unidos. En 1998 se trasladó a Bombay, y durante dos años y medio recogió la documentación necesaria para escribir este libro. Trataba de contrastar la India recordada de su niñez con la del presente.

«Ciudad total» no es una novela porque, aunque todos los nombres de personas y ciudades están cambiados (salvo el del propio autor), todo lo que se narra es real, al menos hasta donde ha podido saber el autor. Tampoco es un reportaje periodístico porque no es meramente descriptivo y su esqueleto está formado de historias.

Además, el autor está íntimamente implicado en todo -de hecho, el libro se subtitula: «Bombay perdida y encontrada»- quiere entender personalmente su ciudad desde unos ojos ya totalmente hechos a Occidente. Hay más literatura que periodismo y a la vez más realidad que ficción. El enfoque recuerda a los libros de Kapuscinski y el estilo -aunque más matizado y menos explosivo- a una mezcla de Tom Wolfe y Norman Mailer.

Sin orillar los tópicos pintorescos (trenes, multitudes, saris, castas, olores, pobreza, urbanismo, calor, etc.), el autor distingue dos líneas de fuerza para explicar Bombay: poder y placer. La primera la representan los políticos, la policía y el hampa; la segunda, los locales nocturnos de diversión y el cine. Democracia, sicarios, prostitutas y Bollywood. Empapando esos cuatro elementos, la lucha permanente entre hindúes y musulmanes.

Mehta despliega una personalidad arrolladora, pues logra intimidad con personajes relevantes de esos cuatro mundos y, a través de ellos, revelaciones esclarecedoras que hay que suponer, en principio, verdaderas. Es cierto que vemos a través de los ojos y la inteligencia de Mehta, que mira como un poeta, pero todo el relato da una fuerte impresión de consistencia y buen trabajo. Quizás el retrato final no es completo, pero sin duda se trata de un acercamiento valiente y sincero a una megaciudad compleja y llena de contrastes.

Por el tipo de personajes del mundo de las sombras en que se centra, la mención de actividades inmorales es frecuente, aunque sin muchos detalles. El autor sólo se muestra preocupado por algunas de ellas, de otras se limita a dejar constancia. Intuye que la dimensión religiosa de la vida debe de ser algo importante, pero no profundiza en ella. Dios sólo aparece en el contexto de luchas de religiones.

«Ciudad total» es un libro ambicioso y está bien escrito, con amor (no precisamente ciego) hacia lo que se quiere describir. Es difícil compartir la fascinación del autor por los submundos que estima esenciales, pero su análisis es riguroso y la vida de algunos de sus personajes apasionante. La nostalgia y patriotismo de Mehta (que no le impide volverse a Estados Unidos) aumenta página a página, pero el lector sin esas raíces saca la impresión final, seguramente injusta, de que hablamos de un lugar (el miedo, la necesidad de los chanchullos para sobrevivir, la economía paralela, la falta de saneamientos, la corrupción) del que más vale salir corriendo.

Javier Cercas Rueda

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