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Ciencias morales

Anagrama. Barcelona (2007). 218 págs. 16 €.

GÉNERO

El Colegio Nacional de Buenos Aires es la institución educativa donde tradicionalmente se forma la élite del país. Todo ha de ser perfecto en su instrucción y en la enseñanza de los modos de comportarse. Una serie de preceptores ayudan a profesores en esta tarea. Su misión es vigilar que se cumplan las normas, nada ha de pasarles inadvertido procurando al mismo tiempo no alertar a los alumnos con su continua vigilancia. María Teresa es una preceptora y su deseo por ganarse la estima de sus superiores la lleva a esconderse en los baños para descubrir a los alumnos que fuman. Esta actividad se va tiñendo de cierto morbo y pasa a convertirse, para ella, en su tarea más importante en el colegio. Sólo cosechará una humillación por parte de su superior del modo que menos esperaba.

No se ahonda explícitamente en la obsesiva presencia de la profesora en unos baños masculinos, pero no faltan quienes han interpretado la novela en clave freudiana, de instintos reprimidos, a partir del detalle de que el olor que desprende el alumno perseguido recuerda a la profesora al del padre que abandonó el hogar. Se aprecia además en toda la novela una intención de crítica política que no llega a desarrollarse.

La historia está exquisitamente escrita, con un ritmo cadencioso, grave, casi solemne. La atención a los detalles, miradas y pensamientos resultarían excesivos si no estuvieran describiendo un modo de educar basado en la tontería. El país está peleando en las Malvinas y dentro de los muros del Colegio se mide la presión que ejerce la mano del alumno en el hombro de la alumna cuando están cuadrándose en una fila. Es el estilo severo de Kohan (Buenos Aires, 1967) lo que mantiene viva una narración de contenido insuficiente y fastidioso. El brutal episodio de abuso final está narrado con la misma morosidad que el resto de la novela, lo que lo hace aún más abyecto.

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