Carnaval

Acantilado. Barcelona (2007). 208 págs. 16 €. Traducción: Celia Filipetto.

TÍTULO ORIGINALThe Secret Life of James Thurber

GÉNERO

La publicación en 2004 de La vida secreta de Walter Mitty (ver Aceprensa 127/04) supuso el descubrimiento de James Thurber (1894-1961), dibujante, periodista y escritor, contemporáneo de Truman Capote y Dorothy Parker y considerado como uno de los herederos de la literatura humorística de Mark Twain. Aquellos relatos, que Thurber publicó en The New Yorker, revista a la que estuvo siempre vinculado, parodiaban de manera amable la sociedad norteamericana, con una galería de situaciones y tipos verosímiles y desternillantes.

Carnaval es otra antología de los textos humorísticos de este escritor norteamericano, que tenía la habilidad de descubrir siempre el lado cómico de las situaciones cotidianas, sacadas especialmente de la vida matrimonial.

En este nuevo volumen vuelve a aparece el matrimonio Monroe, enredados en sus habituales y absurdas discusiones. Muy divertido resulta el relato La ruptura de los Winship, donde una insulsa conversación sobre quién es mejor actor, el pato Donald o Greta Garbo, deriva en un duro enfrentamiento que pone el matrimonio al borde de la separación.

Thurber resulta irónico sin caer en un humor grueso. Lo suyo es el retrato distante de situaciones cotidianas o de fenómenos periodísticos o literarios recientes, como la moda de los libros de autoayuda, que empiezan a inundar las librerías con sus obvias reflexiones sobre el comportamiento humano. Con mucho ingenio, Thurber parodia las conclusiones de estos libros aplicadas a la cultura laboral y empresarial. Otros relatos se ríen también de la obsesión por la intriga de los lectores de las novelas policíacas, como El misterio del asesinato de Macbeth.

Thurber se sirve de un agradable costumbrismo para describir tipos humanos y sociales muy atrayentes, tomados de la realidad, como el relato dedicado a la tía Ida. Y también demuestra su veta inteligente cuando habla de aspectos más literarios y cultos, como las peregrinas reflexiones que aparecen en Cómo ver una mala obra de teatro.

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