Philippe Claudel (Nancy, 1962) consiguió un especial éxito en España con su novela La nieta del señor Linh y había sido antes conocido en Francia por Almas grises, que consiguió el premio Renaudot.
Bajo el árbol de los toraya es, como otras suyas, también muy intimista. Con su referencia a los toraja o toraya –que son los pobladores de una región con el mismo nombre que existe en las islas Célebes, de Indonesia, y que tienen unas curiosas costumbres en torno a la muerte–, Claudel hace un relato impresionista lleno de reflexiones y descripciones centradas en el protagonista, un cineasta.
La historia, narrada de una manera directa, en ocasiones cinematográfica, se abre con la muerte de su amigo íntimo Eugène que, como el protagonista, ha llevado una vida un tanto errática en amores sensuales y rupturas sentimentales y que, profesionalmente, se ha desarrollado también en ambientes artísticos ligados al cine y la creación.
La propia narración está igualmente ambientada en lugares y situaciones diversas que cambian prospectiva y retroactivamente, de una manera natural, en un fluir en ocasiones de aire poético. Con muchos detalles de referencia a literatos, como Milan Kundera; cineastas, como Sergio Leone, De Funès y otros; de tenistas como Björn Borg; o de viajes a Roma y Venecia…, el desarrollo del argumento se va haciendo circular en torno a la vida y la muerte, el amor y la soledad, los anhelos y los recuerdos… En fin, las alegrías y los reveses de una existencia sin apenas transcendencia.