Salamandra. Barcelona (2002). 218 págs. 10,95 €. Traducción: Alejandro Pareja Rodríguez.
Cada escritor posee una visión de la realidad que expresa a través de unos personajes relacionados en un argumento, una voz o estilo con que la cuenta y un modo de interpretar, explicar o manipular esa realidad. En este tercer punto, que en última instancia es el que justifica una vocación literaria, se juegan sobre todo la calidad y vigencia de una obra.
El primer elemento en Lorrie Moore (Nueva York, 1957) lo compone observar la cotidianidad de un universo femenino de edad y clase social medias, colectivo al que percibe básicamente en un estado de dolor, por culpa del fracaso, el aburrimiento o la incomunicación. La vida, dice, es dura, sobre todo a partir de la edad en la que ya se ha comprobado que nada ni nadie perdura: visión y materia narrativa continuadoras de Carver, Cheever o Ford; minimalismo, realismo crudo, mirada desencantada. El sentido del humor y la elegancia de Moore matizan este panorama sombrío de desorientación y penuria espiritual, pero no bastan para aportar al conjunto un atractivo sólido ni, mucho menos, perdurable.
Tiene más interés su voz. Formada en talleres creativos y hoy profesora universitaria de esta materia, Moore se inclina contenidamente por la experimentación. El mismo aglutinador de este conjunto de relatos, la parodia de los libros de autoayuda, la lleva a elegir para el narrador una segunda voz imperativa y unos tiempos verbales en futuro, altamente inusuales pero de gran efectividad. Hábil para verbalizar situaciones y crear imágenes que resumen con brillantez sensaciones complejas, la autora arroja algunas luces sobre relaciones humanas muy conocidas, pero de matices inagotables.
Lorrie Moore ha escrito hasta la fecha dos novelas y tres libros de relatos. El primero, éste, es de 1987; el último, Pájaros de América, se publicó en España en el año 2000. Moore parece una escritora para tener en cuenta, seguidora de una de las tradiciones cuentistas norteamericanas más aplaudidas del pasado siglo y, a la vez, dotada de una voz original.
Javier Cercas Rueda