Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 03/15 Nicholas Carr nos había advertido ya en Superficiales cómo un uso indiscriminado de Internet amenaza con reducir la concentración y las habilidades reflexivas. Ahora vuelve a la carga para llamar la atención sobre las consecuencias del uso de ordenadores y software para hacer cosas que solíamos hacer nosotros mismos. Su preocupación es que, si bien la automatización facilita nuestras vidas, también puede anular destrezas que nos enriquecen. El
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