Antología poética

Antonio Gamoneda

GÉNERO

Alianza Editorial. Madrid (2006). 227 págs. 7 €.

Antonio Gamoneda ha recibido recientemente el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Cervantes de 2006. En 1988, fue el ganador del Premio Nacional de Poesía por Edad, libro en el que se recogía su obra poética publicada hasta entonces. Nacido en Oviedo en 1931, se trasladó cuatro años después a León, donde vive, bastante alejado de los círculos literarios. En 2004, su obra poética casi completa se ha editado con el título de «Esta luz». En los últimos años, su reconocimiento dentro y fuera de España ha ido creciendo, así como su influencia en poetas de las últimas generaciones.

En opinión de Miguel Casado, estudioso de su obra, «si muerte y memoria son los grandes núcleos de la poesía de Gamoneda, seguramente la introspección, el deseo de conocerse y constituirse por esa vía, sea el hilo más firme de quien habla». En sus primeros libros, hay mayor claridad, con un tono más o menos explícito de angustia solidaria, como ocurre en poemas de tema amoroso -«Conocerás el destino / y crecerá tu paz al acercarse la noche / y al ir sabiendo que la vida es / una inmensa, profunda compañía»-, e incluso con un acercamiento al realismo de los años sesenta en «Blues castellano». El tiempo en estas obras es una referencia importante.

Luego, sus textos evolucionan hacia un mayor hermetismo, donde la naturaleza, lo telúrico y el espacio tienen notable relevancia, con unos juegos metafóricos contundentes y un lenguaje esculpido como a golpes de cincel, de gran originalidad y fuerza expresiva, en un tono a menudo aforístico, con predominio del uso del versículo, pero sin perder nunca la musicalidad, porque para Gamoneda «el pensamiento poético es un pensamiento que canta». El libro «Descripción de la mentira» (1977) destaca en estos aspectos y por su simbolismo sobre la España de la posguerra.

Los títulos de los siguientes poemarios son expresivos en cuanto al trasfondo de angustia, de derrota existencial y de rebeldía de la poesía de Antonio Gamoneda, que se manifiesta incluso en la constante revisión de sus poemas: «Lápidas», «Libro de los venenos», «Arden las pérdidas», «Libro del frío» (última versión de 2004)… Sobre todo a partir de este poemario, hay un progresivo adelgazamiento de los textos, en una aproximación al silencio y a la nada: «Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado». Sin embargo, en «Cecilia» (2000-04), libro dedicado a su nieta, se atisba cierta esperanza, cierta alegría trascendente: «Acerqué mis labios a tus manos y tu piel tenía la suavidad de los sueños. / Algo semejante a la eternidad rozó un instante mis labios». La intuición reveladora dicta la poesía de Antonio Gamoneda, teñida de escepticismo.

Luis RamonedaACEPRENSA

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