Antología poética

Bartolomé Lloréns

GÉNERO

Númenor. Cuadernos de Poesía, 2. Sevilla (1993). 35 págs. 600 ptas.

En su discurso de ingreso en la Real Academia, el 25 de enero de 1948, Dámaso Alonso dijo que Bartolomé Lloréns era «la juventud quizá más traspasada de vida y espíritu que he tenido estos tiempos a mi lado». Había nacido en Catarroja el 15 de marzo de 1922. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central fue compañero de curso de Fernando Lázaro Carreter, Carlos Bousoño…, y discípulo de Dámaso Alonso. Hubiera sido un filólogo destacadísimo, como señala Bousoño en el prólogo de esta antología. Sin embargo, murió joven, en mayo de 1946, en Catarroja, a causa de una tuberculosis laríngea.

Poco después de su muerte, en 1947, la colección Adonais publicó Secreta fuente, selección de sus poemas realizada y prologada por su amigo Carlos Bousoño. El Departamento de Humanidades del colegio Altair ha encargado esta nueva antología de Lloréns al poeta José Julio Cabanillas, que señala en la introducción: «En tiempo muy breve logró realizar Lloréns lo que otros poetas han tardado años. De algún modo, cada artista barrunta su muerte y acelera o retarda su madurez de acuerdo con esa cercanía».

En esta breve muestra de los poemas de Lloréns, el autor de la antología ha procurado reflejar las tres etapas del poeta: tanteos, madurez y plenitud. Por esto, ha incluido dos poemas inéditos de 1943, otros dos Poemas de Amor de 1944, cinco Sonetos del Destino (1944-45), cuatro Sonetos de Amor Divino (1945) y Canción del agua viva, el poema más conocido de Lloréns, escrito en plena enfermedad, cuando el poeta ansía el encuentro con Dios después de la muerte, que sabe ya cercana.

A lo largo de los versos queda patente la transformación interior del poeta, desde el agnosticismo y pesimismo iniciales a la conversión religiosa de 1945, que le lleva a acercarse a la muerte con esperanza y gozo, en unos versos que -como señala Cabanillas- «se tornan aquí materia ardiente de una pasión personal por Cristo». No hay retórica; se trata de unos versos personalísimos de altísima calidad, que conectan con la mejor tradición de la poesía religiosa en lengua castellana.

Hay que felicitar al colegio Altair y al director de esta colección, Fidel Villegas, por esta recuperación de la poesía de Lloréns y por la magnífica edición de esta Antología.

Luis Ramoneda

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