Western

Director y guionista: Manuel Poirier. Intérpretes: Sergi López, Sacha Bourdo, Elisabeth Vitali, Marie Matheron. 136 min. Adultos.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Aun cuando este director-guionista ha realizado unos cuatro cortos y dos largos, entra ahora en los circuitos internacionales con Western, Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes 1997. Sigue la línea de sus últimas obras -La petite amie d’Antonio (1992) y Marion (1996)-: una mirada comprensiva y llena de ternura hacia las pobres gentes, la vida corriente o los marginados.

Paco es un joven español, viajante de comercio, que trabaja en Francia. Nino, un emigrante ruso, de su misma edad, le roba el coche, con la mercancía. Paco pierde su trabajo. Al día siguiente encuentra a Nino y recupera el coche. Tras la comprensible indignación de Paco y un conato de paliza, acaban haciéndose amigos, tanto, que recorren juntos la Bretaña en una aventura en la que parecen buscar la felicidad enraizada en una vida natural, sencilla.

Cabe pensar no tanto en un road-movie sino en una variante de las aventuras de Quijote y Sancho: ambos buscan una mujer, no una dulcinea, sino una mujer en el hogar, una familia con niños. Una diferencia grande con el Quijote es que éste vive un acendrado sentido de la moral, es un hombre casto, todo su quehacer lo refiere a Dios, y en esa vida suya ejemplar instruye a Sancho. Es cierto que Paco y Nino son dos personas naturalmente buenas, pero en quienes no parece haber sentido alguno ni del sexto ni del noveno mandamientos en su búsqueda de mujer; ni sentido de culpa. Si es ésta una actitud generalizada en el cine, es también una comodidad del guión, o una insuficiencia; aunque Poirier tiene la no común elegancia de usar de la más que eficaz elipsis en las aventuras sexuales. Basándome en la riqueza interior con que dota a sus dos protagonistas, cabe lamentar que no se haya esforzado en crear unos aventureros más… esforzados. Esa es la necesaria crítica negativa a su original, humanísima película, espléndida en tantos aspectos, porque, al fin, la aventura de Paco y Nino se resuelve en casi nada. Leyendo entre líneas con muy buena voluntad, en una parábola o novela no ejemplar de la especial dificultad de enraizarse fuera de la propia tierra.

Tal vez también excesivamente larga, sin embargo, la narrativa fílmica de Poirier es abierta, clara, de trazo seguro. Es auténtica y verdadera en los diálogos y hechos de amistad de Paco y Nino, y menos convincente, cuando no falsa, al convertirles en cucos en nido ajeno. Sergi López, pletórico de vitalidad y natural gracia; Sacha Bourdo, con su pequeñez desconcertada. Los paisajes de la Bretaña a distintas horas y luces son una maravilla en manos de Nara Keo Kosal, y sus caminos, que el espectador anda con los protagonistas, envuelto en la poderosa y honda música de Bernardo Sandoval.

Pedro Antonio Urbina

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