En los últimos días la información sobre este documental ha sido masiva en todos los medios de comunicación, atendiendo más al cómo se hizo que a lo que finalmente podemos ver en la plataforma de Disney. El director australiano Peter Jackson, después de dejarse la vida en las superproducciones sobre el universo Tolkien, parece decidido a retomar su carrera de documentalista. Ya en 1995 deslumbró con La verdadera historia del cine, sin duda uno de los falsos documentales más reconocidos del séptimo arte. En 2018 recuperó y coloreó imágenes inéditas de la I Guerra Mundial, y ahora hace un trabajo muy meritorio para mantener viva la leyenda del mítico grupo de Liverpool.
El documental tiene el riesgo de carecer de una estructura narrativa en el guion. A lo largo de la docuserie se muestran los preparativos del último concierto como grupo de Los Beatles en la azotea de la calle Saville Row en Londres. En total se ha contado con 140 horas de grabaciones, 55 de ellas inéditas. El color y la claridad del sonido y la fotografía que se ha logrado en el proceso de mejora son asombrosos. Cada minuto del documental sugiere tantos detalles de cada uno de los miembros de la banda que es lógico el entusiasmo colectivo que ha recibido esta producción.
Peter Jackson ha destacado en todos los medios de comunicación que agradece mucho que los protagonistas no le hayan pedido que censurase ninguna de las imágenes en las que aparecen de manera menos carismática: enfadados, fumando… Realmente no es que haya mucho motivo de escándalo en sus reacciones, aunque es verdad que la espontaneidad con la que se expresan da mucha vitalidad a la producción. El sentido del humor lo aporta la presencia, siempre enigmática y peculiar de Yoko Ono, en esta ocasión junto a un Hare Krishna que acompañaba habitualmente a John Lennon.
En los ensayos que recoge el documental, los Beatles cantaron fragmentos de hasta 123 canciones, algunas de ellas compuestas cuando solo tenían 15 años, como Baby´s in Black. One after 909 de John Lennon. También aparecen los temas más escuchados como Let it be y Ob-La-Di, Ob-La-Da, e incluso hay tiempo para cantar algunos temas de Bob Dylan que les servían como inspiración. En Get Back se inician muchas de estas canciones, se interrumpen con un comentario de Paul o John habitualmente, y se incluyen mejoras que aportan al espectador notas esenciales de un talento desbordante. De esta manera el documental es algo indispensable para los más ilustrados y entusiastas del grupo, a la vez que termina por ser tortuoso para el que quiera ver una cierta narración y explicación de lo que está sucediendo.
