Pierre es un famoso escritor que relata en sus libros los impresionantes viajes que realiza, muchas veces en solitario y bajo condiciones extremas. Entre viaje y escritura, Pierre disfruta al máximo de una vida de placeres sin ataduras. A raíz de un grave accidente, Pierre decide emprender un nuevo viaje: más de 1.300 km caminando por senderos franceses, que le llevarán a reflexionar sobre una nueva vida recién estrenada.
El cineasta francés Denis Imbert adapta libremente la autobiografía de Sylvain Tesson, un geógrafo francés que dio la vuelta al mundo en bicicleta con 21 años y, a partir de ese momento, se dedicó a realizar viajes extremos, casi siempre solo y alejado de la tecnología, y a escribir libros y producir documentales sobre esos viajes.
Mi camino interior tiene cierto paralelismo con road movies como Hacia rutas salvajes, que aprovechan exóticas expediciones para reflexionar sobre la condición humana. En este caso, la acción va alternando la vida del escritor antes del accidente con la ruta que realiza en unas condiciones de salud todavía muy frágiles. Es una película de fotografía bellísima y con algunos momentos inspirados, pues el protagonista acaba de enfrentarse a la muerte y hay una serena reflexión sobre la importancia de cultivar la interioridad y una vida más sencilla. Sin embargo, se echa de menos que esta reflexión ahonde y emocione un poco más. Quizás pese que es un biopic adaptado y algunos conflictos se han construido a través de la ficción.
A favor hay que destacar la interpretación de Jean Dujardin, el protagonista de The Artist (y de decenas de títulos franceses), que sostiene sobre sus hombros la película. Prácticamente solo. Como los viajes de Tesson.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta