Dos hermanos que llevan tiempo sin hablarse tienen el objetivo común de encontrar la mitológica fuerza de la eterna juventud. Una misión que su padre (que se llamaba Harrison, en un guiño evidente a Indiana Jones), no pudo llegar a cumplir en vida.
Apple TV sigue fiel a su política de producir pocas pero carísimas películas, para estrenarlas directamente en su plataforma. La fuente de la eterna juventud no es ni mucho menos el remedio a una tendencia preocupante en la compañía de combinar grandes directores y repartos con guiones indefendibles. El hiperactivo Guy Ritchie (56 años y 31 películas dirigidas, algunas también escritas por él) ha sabido acertar con el casting y el tono de las películas de aventuras de los años 80, algo que maquilla en buena parte el guion de James Vanderbilt (Scream VI, Megalodón, Zodiac).
A pesar de dos mínimos e innecesariamente frívolos comentarios irónicos sobre la Biblia, esta aventura busca el entretenimiento familiar, confiando más en el carisma de los actores que en la trepidación de la trama. El resultado final no es perfecto ni especialmente original, pero sí por encima de la media de películas y series saturadas de giros anodinos y zafiedad evidente.