Rosa tiene 45 años, un padre viudo, dos hermanos en plena crisis vital y una hija, a su vez madre jovencísima de dos pequeños gemelos. Su vida es una auténtica gymkana hasta que decide, como ella dice, apretar el botón nuclear y empezar de cero. No hay duda de que, si hay alguien que hace cine social en España, y
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción