Segunda temporada de la serie alemana Charité (2017), sobre la actividad de ese hospital de Berlín a finales de la II Guerra Mundial. Con un tono y un diseño de producción cercano a ficciones británicas como Downton Abbey, esta ficción se caracteriza por mostrar la diversidad de personas que vivían los últimos días del Reich de Adolf Hitler.
La plataforma Filmin sigue destacando por rescatar del olvido a películas y series de una calidad artística más que notable que no han tenido la difusión internacional que merecían. A priori, es normal que el argumento de esta serie genere en el espectador un cierto rechazo inicial. Es incontable el número de series y películas sobre la Alemania nazi, pero esta es una ficción diferente que rompe con esquemas prefijados.
Charité en guerra es impecable en el diseño de producción, la música, el vestuario y la fotografía. Una serie elegante y minuciosa en la recreación histórica, que pretende mostrar con humanidad y realismo la libertad y grandeza del ser humano aunque esté inmersa en un sistema perverso. La seducción y el miedo que generó el nazismo en millones de alemanes aparecen reflejados con detalle en un guion trazado con maestría.
Una vez más, los guionistas y directores alemanes muestran un envidiable acierto para analizar los capítulos más tenebrosos de su propia historia con profundidad, rigor y talento. Charité en guerra sigue la estela de películas como El hundimiento, Sophie Scholl o La ola, y series como Hijos del Tercer Reich. Aunque en este caso cae en la tentación de incluir una trama secundaria, que parece obligatoria para que la serie entre en los paradigmas de lo políticamente correcto.
Los personajes atraen por su evolución y conflictos internos: sobre todo, la pareja protagonista, unos médicos interpretados por la alemana Mala Emde (maravillosa en la road movie 303) y el ruso Artjom Gilz. En ellos se condensan las tensiones a las que estuvieron sometidos los alemanes en aquella época. También es fascinante el retrato del carismático doctor Ferdinand Sauerbruch (Ulrich Noethen; Deutschland 83) o el de la excéntrica Magda Goebbels (Katharina Heyer; Hanna).