Tres años después de fracasar en el Campeonato Mundial de Carreras de Aventuras, Michael White sigue con la espina clavada y decide presentarse de nuevo, esta vez en Ecuador: 700 kilómetros por algunos de los terrenos más selváticos del mundo. Pero ni el equipo que consigue reunir, ni el tímido sponsor que lo apoya auguran un final feliz. Todo cambia con la llegada de un perro callejero que los sigue durante la ruta.
Después de la no muy afortunada Plan en familia, Simon Cellan Jones vuelve a dirigir una historia para todos los públicos, y esta vez sí acierta. Adaptando la historia real de Mikael Lindnord, narrada por el mismo protagonista en el libro Arthur: El perro que cruzó la jungla para encontrar un hogar, Cellan firma una de esas películas que dejan buen sabor de boca. El guion, aunque no presente ninguna sorpresa, está bien llevado; incluso con momentos –como el de la tirolina– realmente inquietantes.
Mark Wahlberg cumple muy bien con su papel de egoísta que tiene que dar un viraje a su vida y, como no podía ser menos en un filme deportivo, se habla de esfuerzo, de superación personal, de amistad, de trabajo en equipo… y de que, a veces, tener buen corazón vale más que cualquier otra cosa.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv